Dra. Hooker: “Debemos aprender a entender nuestras prioridades y, a partir de ellas, ser sabios y sabias en nuestras decisiones".
"La educación superior intercultural debe permitir nuevos instrumentos y métodos de gestión, haciendo visibles a los pueblos indígenas y afrodescendientes".
“Nuestro mayor anhelo es que este nuevo contrato social de la educación sea el escenario ideal para que nuestras voces, historias, derechos, sueños y aspiraciones como indígenas y afrodescendientes queden plasmados en las tendencias de la educación superior”, reflexionó la rectora de URACCAN, Dra. Alta Hooker, durante el cuarto foro del Congreso Mundial de Educación organizado por Kairós: “Interculturalidad: eje transversal del Tercer Contrato Social de Educación”.
Este panel trilingüe (español, inglés y portugués), donde destacó la Dra. Alta Hooker, fue moderado por Daniel Mato (Argentina) y estuvo conformado por académicos de prestigio internacional: Ruksana Osman (Sudáfrica), Anna M. Geli (España), Annette Insanally (Jamaica), Rabi Mohtar (Líbano), Antonio Cipriano (Mozambique), Isidros Montes (España).
Todos ellos coincidieron en la necesidad de transformarnos y transformar nuestras universidades para que sean pertinentes con las heterogeneidad y diversidad cultural, a fin de reconocer y valorar otras formas de vida para promover la inclusividad entre las sociedades contemporáneas.
El tercer contrato social desde la perspectiva intercultural de género de URACCAN
A partir de la primera mitad del Siglo XX, como resultado de la Revolución Industrial, surgió el primer contrato social de la educación, donde los centros de formación se enfocaban en desarrollar en las personas competencias básicas para desempeñar un oficio concreto y ganarse la vida.
El segundo contrato social de la educación corresponde a la segunda mitad del Siglo XX, donde hubo mayores posibilidades de profesionalización mediante el estudio de carreras específicas, útiles al mercado laboral (competencias técnicas), lo cual condenaba a las personas a envejecer en un mismo trabajo, sin posibilidades de desempeñar otro.
Ya a finales del Siglo XX y principios del XXI, a raíz de las profundas transformaciones sociales, económicas, tecnológicas, científicas, etc., las sociedades, más autónomas y conscientes de sus diferencias, propugnan por un nuevo contrato social de la educación (el tercero), donde las personas tengan la oportunidad de conquistar sus pasiones, de aprender para la vida y a lo largo de ella, de cultivarse y actualizarse constantemente e incluso de crear sus propias fuentes de empleo e innovar.
En este sentido, la Dra. Hooker destacó el enfoque intercultural de género de URACCAN, a la luz del cual se promueve el diálogo y el consenso en igualdad de condiciones para los pueblos indígenas y las comunidades étnicas, donde se construyen las nuevas ciudadanías y desde el cual se acompaña “a las nuevas generaciones a construir sus propios proyectos de vida”.
En ese sentido, URACCAN promueve entre sus estudiantes una cultura de innovación y emprendimiento, lo cual se evidencia en los diferentes proyectos que impulsa la universidad y con los cuales ha obtenido reconocimientos nacionales e internacionales.
De ahí que la rectora Hooker afirmara que la interculturalidad es el eje transversal de la educación, pues permite un proceso permanente de construcción de diálogos entre personas, comunidades y pueblos de diferentes culturas, así como el reconocimiento y respeto de los derechos del otro, también la toma de decisiones para el bien colectivo, donde existan igualdad de oportunidades y sociedades inclusivas, libres de racismos y discriminación, “donde todas y todos nos podamos ver en la foto del desarrollo desde la perspectiva propia de cada pueblo”.
Desde esta perspectiva, “las universidades deben ser el espacio donde se proponen nuevas formas de concebir la construcción del conocimiento, considerando que cada pueblo tiene sus propios conocimientos, saberes, haceres, prácticas, valores culturales, normas de comportamiento para la convivencia tanto hacia dentro como hacia fuera”, explicó la Dra. Hooker.
Recordando los planteamientos de las CRES 2008 y 2018, la rectora aseguró que no solo se necesitan las bases epistemológicas de este tercer contrato social en construcción, sino también “la actitud, la voluntad y la disposición para poder transformarnos y transformar, para que, a partir de ahí, podamos juntos y juntas tejer el camino de la interculturalidad como eje transversal de la educación, donde nadie se queda atrás”.
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